En un encuentro íntimo y reflexivo, tuvimos el privilegio de conversar con Diego Galbani, un distinguido miembro de YMCA Perú cuya vida es un testimonio vivo de compromiso inquebrantable con el servicio y la generosidad. A sus 89 años de edad, Diego Galbani nos guía a través de sus vivencias, compartiendo las tres fortalezas que considera esenciales en su trayectoria como profesional de YMCA Perú.
"La primera fortaleza radica en mi profundo interés por servir a mis semejantes", nos comparte con serenidad. Esta vocación hacia el altruismo ha sido el motor que ha impulsado cada uno de sus actos a lo largo de los años, convirtiéndose en un faro de esperanza para quienes más lo necesitan.
Para Diego Galbani, la segunda fortaleza reside en su incansable sed de conocimiento. "A lo largo de mi vida, siempre he buscado aprender cosas nuevas", explica con entusiasmo en los ojos. Esta constante búsqueda de aprendizaje no solo ha enriquecido su propio ser, sino que también ha inspirado a otros a seguir su ejemplo en la búsqueda del crecimiento personal y profesional.
No obstante, es la tercera fortaleza la que resuena más profundamente en el corazón de Diego Galbani. "Ser parte de una organización que acoge a personas de todas las creencias y orígenes, promoviendo el servicio desinteresado, ha sido un regalo invaluable", comparte con humildad. Esta inclusividad y compromiso con la solidaridad, sin importar las diferencias religiosas u otras, han sido pilares fundamentales en su vida y labor dentro de YMCA.
Al preguntarle sobre el mensaje que desea legar a las generaciones venideras, Diego Galbani responde con sabiduría: "Insto a todos, especialmente a mis colegas profesionales, a seguir esforzándose por educar a los jóvenes en una vida de servicio a sus semejantes". En un mundo cada vez más dividido, el llamado a la empatía y la compasión se torna aún más urgente y necesario.
Reflexionando sobre su legado y cómo le gustaría ser recordado, Diego Galbani expresa con humildad y gratitud: "Agradezco profundamente el privilegio de haber podido servir a otros en esta vida. Si mi legado puede inspirar a otros a seguir el camino del servicio desinteresado y la bondad hacia sus semejantes, entonces habré cumplido mi propósito".
En cada palabra de Diego Galbani se percibe la resonancia de una vida bien vivida, una vida dedicada al servicio y a la causa del bien común. Es un honor celebrar y rendirle homenaje en vida, sabiendo que su legado perdurará mucho más allá de estas páginas.
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